TEMAS DE ACTUALIDAD POLITICA, ECONOMICA, SOCIAL Y MILITAR
COTIZACION DE MONEDAS INTERNACIONALES
AGENCIAS DE EXILIO, ENLACES A OTRAS PAGINAS NACIONALES E INTERNACIONALES

8 de mayo de 2010

¡La economía, idiota!

¡La economía, idiota!


¿A quién beneficia la expropiación – término con que se disfraza el arrebatón puro y simple cuando lo efectúan los funcionarios del régimen – de la Quinta La Carolina y el Country Club de Aragua? Dicho sin ambages: a nadie, salvo que la finca y el Country terminen en manos de los capitostes bolivarianos y los disfruten en el más absoluto descaro, vaso largo de scotch en la mano, con el mismo desenfado con que los miembros de la familia presidencial se van a Las Vegas o a Paris en primera clase o avión privado, a suite cinco estrellas para disfrutar en puestos VIP de un concierto de Madonna. Hace once años no tenían con qué vestirse para ir a un concierto de Guaco en el Poliedro.
Porque de lo contrario, si se toman en serio el Manifiesto Comunista, los bolivarianos se habrán comido en meses las vacas que no se reventaron por falta de ordeño y las casas del Club despedirán el mismo aroma del Teresa Carreño después de un Aló Presidente de 10 horas. Hoy, la Carolina produce 2.500 litros de leche diario, más de cien toneladas de naranjas y café como para surtir buena parte del Estado Aragua y exportar el resto. Es una joyita de mediana dimensión, cuidada con primor por su único y legítimo dueño, Diego Arria. Mañana será un terreno devastado, inundado, arrasado, inmundo, pisoteado.

Lo que ya tenemos meridianamente claro los venezolanos de más de dos dedos de frente y una elemental decencia en el corazón es que toda tierra expropiada por este régimen es tierra devastada. Y todo bien arrebatado a sus legítimos propietarios por el capricho presidencial es un seguro candidato a la ruina inmediata. No mueve a tales actos de criminalidad travestido de socialismo más que el odio raigal a sus dueños. Se robaron el Canal 2. Allí vegeta una cosa llamada Tves que no la ve nadie. Se apropiaron del Sambil. Está en un estado que ni las ruinas del circo romano. Si sus legítimos dueños, quienes pensaron, arriesgaron su capital en una faraónica inversión diseñándolo y construyéndolo según sus normas lo tuvieran en su poder, decenas de miles de modestos usuarios del centro de Caracas y sus alrededores harían un uso efectivo y altamente beneficioso de sus instalaciones. Porque hoy por hoy, un centro comercial es una plaza pública, segura y confiable, en la que sus usuarios disfrutan y gozan de del espíritu comunitario.

Si por unos huecos descubiertos y puestos a producir por Juan Vicente Gómez pronto hará un siglo no saliera petróleo, después de estos once años de devastación y ruina – productos de la supina tontería de estos gobernantes – estaríamos como Chaplin en La Quimera del oro: comiéndonos los zapatos. El primer artículo que escribí a una semana de la toma de posesión del teniente coronel, hace once años, se llamaba “LA ECONOMÍA, IDIOTA”, paráfrasis del cartelito que dicen que Clinton puso en su escritorio para no olvidar lo esencial. Ya sabía que la economía no le interesaba un pepino, salvo para destruirla hasta sus raíces para conseguir su dorado sueño: empobrecernos y convertirnos en mendigos de su omnipoder totalitario.

Pero hoy, cuando veo la noticia de esas expropiaciones al mismo tiempo que mi mujer paga cien bolívares por dos kilos de tomates – doscientos dólares de cuando tomó el Poder – y los carniceros amenazan con no vender una chuleta más, porque los productores uruguayos y argentinos los tienen asfixiados, mientras los politicos de ambos paises se enriquecen a nuestras costillas, vuelvo a recordar aquella sabia sentencia: ¡LA ECONOMÍA, IDIOTA!

Cree que los venezolanos prefieren la politica a un pabellón criollo y el Diario del Ché a una punta trasera. Se equivoca. Se han calado la política porque el petróleo les aseguró la papa. Pero esos tiempos se acabaron. El 26 de septiembre le pasarán la pesada factura. La economía está por el suelo. No hay plata. Las expropiaciones no harán más que irritar a la gente hasta el odio chino. No servirán de nada.
Entendido? !LA ECONOMIA, IDIOTA!
Antonio Sánchez-García 

6 de mayo de 2010

LA FAN EN CAMPAÑA ELECTORAL

La FAN en la campaña electoral


Ha decidido Chávez incluir a la FAN en la campaña electoral. Un paso más en la politización de la institución. Quiere hacer ver el Presidente de la República, que tiene el control de los militares y por ende del poder de fuego en el país. Pero busca más: La reacción de sectores radicales expresando su desprecio por la institución militar y la necesidad de eliminarlas en el país del futuro. De esta manera pretende hacer creer a los cuadros subalternos que sólo hay viabilidad para la Fuerza Armada Nacional con Chávez.

Sin embargo, el modo en que incluye a la FAN en la campaña electoral de cara a las parlamentarias del 26 de septiembre próximo, es curioso.

Las exhibe como un apéndice de su revolución, evitando cualquier interpelación, crítica o solicitud de acceso a la información que tenga que ver con el tema militar. Incluso le molesta el requerimiento periodístico que refiera al tema, tal como ha quedado de manifiesto en estos días precedentes.

La presión sobre el sistema Fuerza Armada Nacional es extrema al cierre del mes de abril, entre otras razones por la politización verbal y simbólica expresada en el desfile militar del 19 de Abril, las denuncias de la presencia de militares cubanos en la Fuerza Armada Nacional y el pase a retiro de 172 oficiales de manera ilegal. Todas, acciones deliberadamente planificadas, incluso la de hacerse notar los cubanos, con el fin de colocar a la FAN en la campaña electoral y respondiendo a los pocos días, con un aumento salarial intempestivo de 40 %, para el personal militar de todas las escalas, retroactivo al 1º de abril; sin señalar públicamente los montos. Haciéndoles ver como una elite de funcionarios privilegiados de la revolución y respondiendo con el mayor desparpajo: ¿Cuál cubanización? Los cubanos nos están ayudando.

Nos han dicho cómo almacenar las brújulas, cómo reparar los radios de los tanques y cómo se debe almacenar la munición.

Es urgente un planteamiento país al sector de la Fuerza Armada Nacional, que no los coloque frente al abismo de tener que decidir entre: a) Denunciar y salir de la institución con el riego de ser procesados penalmente. (esto me paso a mi) b) O dar un golpe de Estado como mucho quisieran igualándose en proeza al Presidente Comandante.

La crisis militar es del tamaño de la crisis política y social del país. Y no parece ser entendido esto por el liderazgo nacional de todo signo, que simplifica el tema a un punto de irresponsabilidad. Hay malestar en la FAN, sin embargo continúan llegando armas y municiones al país, sin el debido control constitucional de poder asegurar a los venezolanos, quiénes son los destinatarios finales de las mismas. Estamos, sin duda, sobre un polvorín.
Rocío San Miguel
TalCual / ND
 rociosm@cantv.net

ANALISIS
La denuncia de la reportera Rocio San Miguel ha dado en el clavo y seguro en la moralidad de muchos compañeros de la FAN. Por que digo esto?, yo mismo me doy la respuesta para que ustedes lo sepan, dentro de los cuarteles existen focos de politización, en verdad no son grandes, pero estan en las altas cupulas de la misma, tanto en unidades tácticas como en unidades administrativas y superiores, donde los oficiales de alto grado o con comando direccional ven en esta oportunidad lograr escalar pocisiones dentro de la institución, ya que ni ellos mismos se creen que tienen el Socialismo del siglo XXI por dentro, lo digo por que vivi junto a ellos, esos que les encanta tener una super camioneta o carro del año, el telefono celular mas actual, comprar una casa bien grande para hacer fiestas que pagan con los recursos de las unidades militares y a costillas de la mano de obra de oficiales subalternos y soldados, que no cobran ni medio por las labores y favores prestados.
Yo mismo vi con mis propios ojos a muchos de los oficiales superiores y generales que aparentaban adorar a Chavez declinar y hablar mal del gobierno el 11 de Abril de 2002 y a muchos de los subalternos jalar mucha b...., para ver si protagonizan y estar metidos en la jugada, como se dice argot militar.
Los subalternos solo siguen ordenes y muchos jovenes estan confundidos con su verdadera vocacion política, ya que le han enjabonado el cerebro en las academias y escuelas militares, pero cuando llegan a los cuarteles se dan cuenta que todo es una fantasÍa que se desbanece con unos días de trabajo, donde tienen que porner sus recursos para poder cumplir las ordenes, y cuando se dan cuenta que estan en una unidad 25% operativa en el area de personal mas crece su desmoralización. Por esta razón las cantidad de bajas son incontables y los superiores estan bastante preocupados, pero no tienen nada que los ayude.

3 de mayo de 2010

EL SOCIALISMO ES CONSUMISTA

EL SOCIALISMO ES CONSUMISTA


Una de las críticas más feroces contra el capitalismo por parte de los anticapitalista (casi siempre socialista o defensores del Estado en general) es que el capitalismo es "consumista". Por alguna razón que nunca explican el consumismo es muy malo. Pero vamos a las explicaciones:
Todos somos consumidores porque necesitamos consumir para vivir. Por ejemplo necesitamos como mínimo consumir agua y alimentos. Pero el 90% de los seres humanos también consumimos vestimenta, medicina, hogar, energía eléctrica, etc. Así que consumir, per se, no es el problema. Porque consumir es lo que necesitamos hacer para sobrevivir.
Ahora bien ¿Qué es el consumismo? Según el Diccionario de la RAE se define como: "Tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios."
Hay un problema: la palabrita "necesarios". La definición de consumistas está mal de raíz porque "lo necesario" es demasiado subjetivo. Si todos los seres humanos consumieramos sólo lo necesario nos preocupariamos sólo por consumir comida que es lo único estrictamente necesario. De vez en cuando también algunas medicinas llegado el extremo de enfermedad. Todo lo otro no es "necesario". Si nos llevamos de la definición oficial entonces todos somos consumistas.
Lo necesario es siempre subjetivo porque lo que es necesario para una persona no tiene por qué serlo para otra y viceversa. Así que aquí va la definición correcta o al menos la que debería ser: "Consumista es la tendencia a consumir más de lo que se produce".
Como puede darse cuenta cualquiera con algo de inteligencia el consumismo no es sostenible porque llegará el momento en que se consuman todos los recursos.
Habiendo entendido todo esto: ¿Es el capitalismo un sistema consumista? Verá usted, como su mismo nombre lo dice el capitalismo se basa en aumentar el capital. El capital me gusta definirlo como: El valor monetario, a precios de mercado, de todo activo empresarial.
La única forma de aumentar el capital es mediante la inversión. Pero la inversión y el consumo NO PUEDEN aumentar al mismo tiempo. Así que para poder invertir hay que dejar de consumir ahora para, luego de la inversión (mediante el ahorro de lo que dejamos de consumir), poder aumentar el consumo en el futuro. En el único caso (y no me canso de repetirlo) que pueden aumentar inversión y consumo es cuando se destruye capital. En ese momento se deja de ser capitalista para ser todo un consumista.
Así que ya demostramos que el capitalismo no es consumista pero ¿Qué hay del socialismo?
TODAS las economías de corte socialista consumen más de lo que producen (las razones teóricas ya se han explicado antes en esta misma página) y es la razón por la cual Cuba y Corea del Norte necesitan ser mantenidas desde el exterior porque consumen más de lo que producen. Es la razón por la cual la Unión Soviética fue todo un fracaso económico, social y total.
Si bien no parece que individualmente (ni generalmente) estas economías consuman demasiado es evidente que consumen más de lo que producen. Por tal razón son sociedades consumistas. Porque el socialismo, al consumir lo que no produce, es un sistema CONSUMISTA.
Así que la próxima vez que vaya usted a manifestarse al respecto y a criticar el "consumismo" capitalista tenga en cuenta que estará diciendo una estupidez. No tengo nada contra los estúpidos, cada quien puede serlo si quiere, pero al menos sépalo, por favor.

1 de mayo de 2010

El Pérez Jiménez que Chávez adora

El Pérez Jiménez que Chávez adora


Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, lo represivo estuvo unido a una gestión de gobierno desarticulada y bajo el signo de la inmoralidad administrativa. Detrás de obras de relumbrón había un aparato de propaganda que llegaba al exterior. Como si el progreso de Venezuela se hubiese puesto botas de 7 leguas. Pero la realidad estadística era otra. Todo el impulso que había dado AD al desarrollo sufrió de parálisis abrupta. El subconsumo humano en carne y leche regresó, se clausuró el Departamento Agropecuario de la Corporación Venezolana de Fomento y el Banco Agrícola, escasearon los créditos a la ganadería. Se hacían cosas en vértigo de hormigón y cemento, a un costo tres veces mayor a lo que costaría en Manhattan, orquestándose una danza de la ostentación e importándose la mayor parte de los alimentos. Para 1956, se consumía menos que en 1948. Múltiples informes estadísticos–de instituciones nacionales e internacionales- así lo delatan.
La disminución del poder adquisitivo de los venezolanos era resultado del estado de total indefensión en que se encontraban las clases trabajadoras. Sin libertades ciudadanas, sin derecho a organizarse para la defensa colectiva de sus intereses de productores, los obreros y campesinos fueron obligados a soportar un nivel de vida cada vez más bajo, repercutiendo negativamente sobre el desarrollo de la economía y de la sociedad. El salario volvió a quedarse por detrás de la continuada elevación del costo de la vida. Entre 1948 y 1953, el trabajador retrocedió, trabajó más, produjo más, pero percibió menos. Se le oprimía y extorsionaba más. Las estimaciones hechas por el Banco Central, comparando el apreciable impulso que recibió la economía venezolana durante la gestión administrativa de AD (1946-1949), se detuvo bajo el neofascismo castrense. Tales realidades negativas eran escamoteadas por la propaganda del régimen. En el Estudio Económico de las Naciones Unidas para América Latina (Informe de la CEPAL 1951-1952) se encuentran los números reveladores de la situación real del pueblo venezolano, al igual que en la Enciclopedia Británica.
En el desbarajuste castrense el crecimiento de los índices de producción de artículos “alimenticios” sólo se destacaban las bebidas alcohólicas. Un país abastecido de cerveza, ron y aguardiente mientras la producción de zapatos disminuía. La industria petroquímica tenía una morosa lentitud. Con el desmantelamiento de la Corporación Venezolana de Fomento, creada por AD para incrementar la producción no petrolera, se abandonaba a su propia suerte la intención crediticia del Estado hacia la agricultura, la cría y la industria. La Corporación se convirtió en instrumento de turbios negociados y combinaciones ilícitas, en beneficio de los capitostes del régimen. Ocultando las informaciones estadísticas serias y confiables, la dictadura prefería volanderas noticias, el engaño y la mentira.
En contraposición a la inversión para el desarrollo sustentable, se gastaban cientos de millones en presupuestos ordinarios de guerra y de policía política. Otra vez, Venezuela colgaba del hilo petrolero, consumiendo poterías y enlatados extranjeros. Como sucede siempre con los regímenes autócratas, el prestigio de las Fuerzas Armadas disminuía en forma vertical, perfilándose como un ejército de ocupación alzado contra la República. Más de 200 oficiales estaban en la cárcel y el exilio, otros muchos vivían acechados por el espionaje de la Seguridad Nacional e Inteligencia Militar. Pero quienes conformaban la guardia pretoriana del tarugo disfrutaban de privilegios tan exagerados que indignaban y sorprendían, tanto dentro como fuera del país. Los conmilitones íntimos del aprendiz de déspota traficaban con los Comisariatos del Ejército, cual contrabandistas de alto bordo, con toda clase de artículos comerciales.
El escándalo del Casino para Oficiales fue una elegía de piedra y mármol en un país sin trabajo, niños sin escuela y dos tercios de la población analfabeta. Sobre el palacial Círculo de las Fuerzas Armadas (siempre funcionando a pérdidas) comentó la revista Time: “probablemente su costo haya sido el doble de la cifra oficial de 7.600.000 dólares”, seis veces más de lo que aportaba el Estado para seguros sociales, dos veces más de lo que gastaba en obras de riego. La hipertrofia de los gastos bélicos, ridículo en un país sin conflictos, era correlativo con la disminución de las inversiones para la educación, salubridad, servicios públicos, etc. Los gastos del Ministerio de Defensa crecieron en 54% en el año fiscal 1949-50. Esta era la más segura fuente de enriquecimiento ilícito para el dictador y su camarilla. Todo los costos se inflaban para obtener “comisiones”, en una estela larga de ladronerías documentadas. Las repercusiones negativas de esa política irresponsable, que mencionamos escuetamente pese a tan abundantes evidencias, definían la gestión desarticulada e incoherente del Gobierno en todos los ámbitos de la vida nacional.
La educación llegó a la bancarrota, el riego de la tierra era a cuentagotas y la anarquía se instaló en los planes de electrificación. En esto abundan también las cifras y las evidencias que quedan para el olvido en la historia de los desastres nacionales. Desde los inicios mismos de la dictadura afloró su mentalidad mediocre. La UCV, por ejemplo, había pasado de 2.940 alumnos en 1945 a 4.586 dos años después, un crecimiento del 63%. Era 6.000 para el años académico 1949-1950. Con los inscritos en las Universidades de Los Andes y del Zulia, se había logrado triplicar, en apenas tres años, el número de estudiantes universitarios que se encontró en 1945. Contra logros ciertos y necesarios para el país se lanzó el clausurador neofascismo castrense. Una reserva de 7.000 estudiantes salieron a cursar estudios fuera del país. La formación profesional se restringió en cantidades que no guardaban proporción con las necesidades acumuladas por el país.
Y en la calle, más allá de las aulas de clases, las lecciones que se proyectaban sobre la conciencia de las nuevas generaciones venezolanas no podían ser más degradantes: el zahumerio constante al megalómano que detentaba el poder; la sumisión absoluta a las potestades extranjeras del dinero, conjugada con un patrioterismo delirante y de mal gusto, dirigido a la creación de odios; la pestilente corrupción administrativa; el espectáculo bochornoso de un grupo de hombres que esquilmaba al país y acogotaba las libertades de todos en los paréntesis de descanso entre bacanales.
El contrapeso de estas influencias mefíticas, deletéreas, que amenazarían con desintegrar el espíritu nacional, se refugió en el militante movimiento de la resistencia democrática, abrazado a su fe política con fervores de cruzada y oponiendo una elevada ética colectiva a la sucia marea desbordada. Todo esto se buscaba acallar en el menos complejo terreno de algunas obras materiales. Pero ésto último exaltan exégetas benévolos de los regímenes de fuerza, quienes pretenden cohonestar sus atropellos a la libertad y a la dignidad de los pueblos con una supuesta eficacia que despliegan en lo que se refiere a hacer sólida obra administrativa.
Pero para la historia no es posible ignorar la paralización de obras realmente sólidas en ejecución. Y menos aun cuando no se emprenden obras nuevas. La electrificación del país, obra excelsa adeca, retrocedió, así como el interés en seguridad social y salud. El Hospital Policlínico de la Ciudad Universitaria es otro ejemplo. Planificado cuando Medina Angarita, AD lo comenzó a levantar y lo dejó muy adelantado (la construcción iba por el sexto de sus once pisos para 1948). Y seis años después se inauguró, pero no para entrar en servicio, ya que no se pudo utilizar de inmediato. En 1956, todavía estaba sin funcionar “por falta de personal especializado”, faltaban médicos y enfermeras (diez veces menos que las requeridas en Venezuela). Y a quienes reclamaban mantener los avances logrados por los adecos en cuanto a Reforma Agraria (también paralizada por el tarugo), el régimen sólo decía “Vayan a quejarse a Acción Democrática”. Todo se deformaba y distorsionaba autocráticamente. Y la política del “Bien Nacional” permitió que muchas tierras del Estado fueron transferidas a esos acaudalados propietarios de nuevo cuño, secuestrando y acumulando los “bienes nacionales”.
Otro “detalle” fue que la coherente política de inmigración se transformó en tráfico de pasaportes y de visas, pingüe y escandaloso negocio. Y cabareteras de todas las nacionalidades, junto con aventureros de toda laya, se volcaban hacia Caracas, ciudad en permanente jolgorio, con clientela y complicidad oficial. Hora incalificable y bochornosa donde naufragaron normas de austeridad de todo equipo de Gobierno con un mínimo de respeto hacia las responsabilidades contraídas. Volvieron las orgías oficiales y desenfrenadas de cuando Cipriano Castro, en un ambiente de zahúrda, de lupanar, de garito, como se gobernaba al país. El vértigo licencioso y la arrogancia mandante no tenía tiempo para los problemas del país. Se paralizó el ímpetu que le había dado el régimen democrático.
Otro mito de la dictadura es la construcción de viviendas. Se abandonó la construcción coherente de viviendas con distribución lógica a escala nacional (además de que e 1948 se construyeron más viviendas que la dictadura entre 1950-1952). Para 1955, más del 15% de los venezolanos vivían en Caracas, una especie de macrocefalia que empeoró por la falta de previsión de un Gobierno que aceleró la torrencial acumulación de gente en un valle estrecho. La construcción de superbloques no echaron las bases para la solución armónica, racional y nacional. Sembraron y fertilizaron semillas de desajustes y graves dificultades futuras. Una “tiesa empalizada de 16 pisos” (para 35 mil personas) constituían una décima parte de los 300.000 venezolanos amontonados en los cerros y quebradas del cinturón de pobreza; a capricho improvisaba la dictadura.
Cuando fue derrocado Gallegos estaba en vías de instalación inmediata una industria siderúrgica nacional. Todo el plan para transformar en acero el mineral de hierro venezolano se desmanteló y perdió. El teniente coronel Llovera Páez se transformó en el taumaturgo de una siderurgia venezolana nonata e invisible que más de 5 años después, en jira cual rey Faruk por Europa, paseando media tonelada del mineral y una extensa cauda de amigos jacarandosos, curiosearon algunas fundiciones en los ratos libres que a la caravana le dejaba el recorrido alegre por los clubes nocturnos de Mónaco y la Riviera. Al igual que sucedía antes de los adecos con el petróleo, el hierro se regalaba a extranjeros por tres lochas. Siete años después de iniciado el régimen usurpador, no teníamos plantas siderúrgicas en Venezuela. Pero el turismo dispendioso y las fanfarrias publicitarias no cesaban.
En síntesis, el modo despótico de gobernar se conjugó con el auge insólito de la inmoralidad administrativa, haciendo de Gómez y Guzmán Blanco tímidos practicantes del merodeo o escaladores novatos en el grupo de los desfalcadores nacionales. Nunca se había expandido el peculado en tales proporciones ni con tanta impudicia. Los millonarios de decenas de millones se improvisaban –muchas veces con uniforme- a la vuelta de semanas en el ejercicio de cargos administrativos. Y como las trampas siempre salen a la larga, en el caso de Pérez Jiménez (ya caída la dictadura) se ocuparon sus bienes: una casi interminable lista de edificios, terrenos, haciendas, títulos y acciones poseídos por el prófugo, sus familiares y testaferros. Tenía otra cantidad de millones en bancos extranjeros y, además de la famosa “maleta” olvidada al huir, dejó en Miraflores una libreta de su puño y letra donde reflejaba el montante de las comisiones que él recibió por compras que hizo el Estado. Ya extraditado el reo en 1962, la desfachatez del ladrón justificó su fabuloso enriquecimiento diciendo: “Lo que quiero probar con esto, pues no estoy obligado a dar explicaciones, es que un Jefe de Estado puede hacer buenas operaciones si sabe escoger el momento oportuno para inversiones sólidas”.
La cloaca de corrupción administrativa fue denunciada constantemente por los canales de difusión clandestina de Acción Democrática y otros partidos, sin jamás ser desmentida. Fueron 10 años perdidos para el desarrollo nacional, de desbarajuste social y de envilecimiento de la ética colectiva, donde hasta el juego del 5 y 6 fue tomado por el Estado Mayor Militar –junto con la incitación a los juegos de azar- para robar a manos llenas. Hipertrofiaron a las loterías. Hasta la construcción de la Autopista Caracas- La Guayra fue objeto de la rapacidad: obra útil y necesaria que planificó e inició el régimen adeco, pero que la dictadura elevó a un costo impresionante, logrando para Venezuela el cuestionable privilegio de tener la carretera que más ha costado en el mundo: 6 millones de dólares por milla (según la revista Time, 28 de febrero, 1955); entre 180 y 200 millones de bolívares (de aquel entonces) se gastaron en la construcción de una vía de apenas 17 kilómetros de largo.
Así de resumido (dejando tanto más por fuera), esta fue una etapa de traición al destino económico nacional, que desvió el proceso de modernización democrática iniciado en 1945, y que terminó de desbarrancarse con una política de petróleos que en línea de sucesión directa viene de la instaurada por Juan Vicente Gómez: colonialista y contraria a los intereses del país, como también resumiremos.

30 de abril de 2010

POR QUE LO HACE?


POR QUE LO HACE?


La decisión de aumentar en un 40 % el sueldo a todos los efectivos militares venezolanos, anunciada ayer por Hugo Chávez en su “Aló Presidente”, da cuenta del importante efecto que las declaraciones dadas por el general Antonio Rivero el jueves pasado, tuvieron en los cuarteles.

Chávez, como suele suceder, saca en esta oportunidad la chequera para revertir el tsunami que significaron las revelaciones de Rivero dentro de las fuerzas castrenses.

Rivero es un oficial que ha sido intachable tanto en su desempeño militar como en sus funciones gubernamentales. Es por esa razón que cuando Chávez dice: “Fue cambiado de puesto varias veces hasta que lo mandamos para su casa”, no argumenta las razones que habrían privado para el cambio de Rivero, pues ¿Cómo decirle al país por ejemplo, que el general en cuestión tuvo un mal desempeño frente a Protección Civil? Lo obvio es que las razones de los diferentes cambios, es que Rivero no se plegó por ejemplo a la consigna de “Patria, Socialismo o Muerte”, y tampoco a la de “Patria Socialista o Muerte”, al punto que no le respondió a Chávez en una oportunidad a ese saludo obligando incluso al Presidente a saludarlo la siguiente vez con “Patria o Muerte” que sí se encuentra dentro de los principios castrenses.

Las denuncias de Rivero se potencian además por tratarse de un oficial reconocido como honesto, que en el grado que se encuentra no cuenta ni siquiera con casa propia y que salió del cargo de Protección Civil –que da para suntuosas comisiones y contratos- tan limpio como entró.

Pero además el lenguaje verbal y corporal utilizado por Rivero fue impecable en el sentido militar. No incurrió en panfletería contra el Gobierno o contra el Presidente sino que se ciñó estrictamente a las irregularidades que en el orden militar se están cometiendo en el país, como por ejemplo que Hugo Chávez se presente vestido de militar en actos políticos, cuando la norma expresa es que los militares activos no pueden participar en política, y además la Constitución es clara en el sentido de que sólo civiles pueden optar a la Presidencia de la República.

Pero el punto más importante de las declaraciones de Rivero sin duda, es el que se refiere a la presencia de cubanos en instalaciones militares, en funciones estratégicas que atentan contra la soberanía y seguridad nacional.

En el año 2004, ésta columnista difundió un video en el que se apreciaba a unos cubanos llegando al comando de la Guardia Nacional en San Fernando de Apure, y a los soldados venezolanos cargándoles el equipaje.

José Luis García Carneiro, Ministro de la Defensa entonces, ordenó abrirme un juicio militar inconstitucional, no porque las imágenes fueran falsas, trucadas, o porque no se tratara en realidad de personal cubano el que aparecía en las tomas, pues reconoció como cierto el contenido, sino porque ésta periodista incurría, según García Carneiro, en traición a la patria al difundirlas.

Desde el 2004 hasta hoy, seis años después, los cubanos han ido tomando en Venezuela no sólo las instalaciones militares sino sectores estratégicos de defensa nacional como es el caso del sistema de identificación y registros y notarías, denunciado también con detalles en esta columna el 4 de mayo del 2004.

Ayer en su “Aló Presidente”, Hugo Chávez trató de “suavizar” el efecto de las declaraciones de Rivero, intentando explicar la clase de ayuda que presuntamente estarían prestando los cubanos en diferentes áreas en Venezuela, sin tomar en cuenta que la presencia de los cubanos ya la ha sentido por alguna razón cada venezolano, sobre todo si esa presencia está encerrada en los cuarteles.

Por su parte, militares como García Carneiro que no sólo han aceptado sino promovido la cubanización de la Fuerza Armada, han ejecutado medidas en este sentido. Desde hace 4 años, siendo García Carneiro ministro de Participación Popular y Desarrollo Social se inició un proyecto conocido como “Casa Hogar Unefa”, regida por la escuela de Educación Integral de la Unefa, a través de operadores psicológicos cubanos y miembros del Frente Francisco de Miranda entrenados y adoctrinados.

En Cuba para la formación política de los cuadros de defensa de la revolución, es decir, la generación de relevo la fachada perfecta para crear al nuevo ser revolucionario y alcanzar la perpetuidad de Hugo Chávez en el proceso, son niños abandonados, niños sin familia o cuyas familias los entregan a la revolución a cambio de trabajo, vivienda, o dádivas. La revolución se los adoctrina y los padres quedan felices.

Patricia Poleo

29 de abril de 2010

DISFRAZ DE BOLIVAR

Disfraz de Bolívar



Los vítores del soborno lo coronan Padre de La Patria. Doscientos años después, el espacio inmarcesible del Libertador Simón Bolívar es suplantado por Hugo Chávez y sus ansias de perpetuarse en el tiempo.

Los coloridos actos del bicentenario, fueron secuestrados por un pomposo desfile militar en donde se elevaron consignas a favor del régimen totalitario y su comandante, en la desastrosa tarea de acabar con los inmensos recursos de la nación. Aquí llegó toda la cofradía de mandatarios que viven lactando en las ubres de Venezuela. Envueltos en la sinuosa máscara de la falsedad, se apersonaron todos aquellos que respiran gracias al valor de nuestras divisas. Dignatarios disfrazando su odio por la vida democrática, y enemigos jurados de la libertad de los pueblos. Es por ello que la diplomática guerrillera Piedad Córdova, se apareció en el acto solemne como enviada especial de aquellos que acaban con la vida de los inocentes. La agente de las FARC con la alegría de encontrar respaldo para sus amigos secuestradores.

La Asamblea Nacional convertida en ratonera. Las focas morbosas aplaudiendo a rabiar hasta agotar el libreto. Se deleitaron lamiendo botas hasta más no poder; se arrastraron como sanguijuelas en busca de quien les da de comer. Nunca habíamos visto mayor muestra de inmoralidad política. Unos poderes públicos mancillados en su honor, reducidos al pequeño espacio de servir de porristas de un evento cargado de superchería barata. Unos parlamentarios que no luchan por lograr beneficios para sus regiones, sino que optan por conquistar la mejor sonrisa del héroe del museo militar.

La sesión extraordinaria con motivo del Bicentenario, fue un ejercicio de la pequeñez del proceso. Individuos de ultratumba creyéndose que la historia emancipadora la escribió Hugo Chávez, que todas sus opiniones traídas de los cabellos, son de inspiración divina. Qué falta de talento lo de Cilia Flores, su disertación parecían las palabras de un alumno de las misiones. Su escasez de neuronas la hacen una patética muestra de lo mediocre que son los líderes del socialismo podrido.

El discurso de Cristina Fernández tan alejado de la realidad como su cutis marchito por las numerosas cirugías. Una pieza barata acoquinada de algún sesgo inteligente que se copió de los fragmentos estelares de excelentes tribunos argentinos como: Nicolás Avellaneda, del cual tomó algunos conceptos que asumió como suyos, demostrando que invitar a ciudadanos alejados de nuestra realidad histórica es un grave error. Claro, que en un recinto en donde pululan los mediocres. Esos hechos de relevante valor historiográfico son de poco interés para las focas golosas. Acostumbradas al aplauso fácil y a la negación hasta de su propia condición humana.

Hugo Chávez, parecía vivir su revancha con la vida. Miraba a los dignatarios extranjeros y recordaba que de humilde veguero llegó para disputarle a Simón Bolívar, su deidad como sostén de los sueños libertarios. Ahora, observa de reojo al caraqueño universal, y lo nota como cansado en sus proclamas. Es por ello, que quiere transformarse en él. Una especie de metamorfosis histórica que haga que ambos sean uno solo, como en el propósito de Dios.

Quiere abrazar la historia y vivir con ella. No anhela ser un presidente más, su verdadera vocación es someter a los pueblos a tener que soportar a semejante chafarote. Lo que sí le preocupa son las verdaderas batallas. Una cosa es creerse Simón Bolívar, y la otra en luchar en el campo del honor. Eso de luchar codo a codo con el adversario le trae amargos recuerdos. Cuando tiene que ofrendar sus ideas, sale en veloz carrera dejando a los demás tirados a su suerte. Huye con la debilidad entre las piernas, pidiendo perdón con los mocos hasta las rodillas, suplicando la clemencia que no tiene con sus adversarios.
Un desfile que parecía un circo multicolor. Soldados al frente en la búsqueda de un ideal que se pierde en el totalitarismo. El bicentenario construido para ensalzar al hombre que destruye el futuro de la nación. Un aniversario patrio que nos quiere hacer creer que Hugo Chávez representa los sagrados valores venezolanos. Nada se parece más a la trampa que aquel que desgobierna desde Miraflores.
Alexander Cambero