El gobierno sigue empeñado en no escuchar a su pueblo. Los que vivimos en el este de Caracas, los estudiantes de manos blancas y manos menos blancas, los que van a los juegos de pelota, los que marchamos el pasado sábado, somos pueblo. Los que criticamos las malas estrategias también somos pueblo y también deberíamos ser escuchados.
Sigue haciendo más de lo mismo, esperando resultados diferentes. Sigue empeñado en colocar gente no capacitada -pero muy revolucionaria- al frente de los problemas y sigue obteniendo malos resultados. Esto no cambiará, mientras siga haciendo diagnósticos sesgados, preparados y maquillados, llenos de cifras producidas para hacernos ver una realidad diferente. No puede un gobierno hacer un plan para combatir la pobreza que el mismo la declara casi extinta, pues dice haberla bajado desde más de cuarenta por ciento, hasta menos del ocho por ciento. Es así como si usted leyera su peso en una balanza mal calibrada que dice que usted pesa sesenta kilos, cuando en realidad pesa noventa y necesita una dieta con urgencia.
Seguirá hundiendo a este país, hasta llevarnos a lo que se ve venir: un gran colapso. Ahora tenemos nuevo vicepresidente, cuyas más recientes calificaciones lo colocan como un arrebatador de oficio, que acabó con la producción agrícola y pecuaria del país, cuyos números de producción se preparan en el aire acondicionado y no bajo el sol que haría crecer a las siembras. Elías convirtió a este país en un importador de alimentos.
El gran tema que deberíamos todos estar manejando es sin duda alguna la crisis energética a la que nos han llevado. Otro diagnostico sesgado, está también conduciéndonos a soluciones equivocadas. No es el fenómeno estacional del “niño” quien nos produce el problema y no será el “niño” quien nos haga salir del problema. Es la incapacidad de este gobierno, que no tomó las decisiones adecuadas y es la irresponsabilidad del mismo, que no le esta hablando claro al país, para que nos preparemos todos para enfrentar el gran colapso que se nos viene encima. Así como maquillan las cifras de producción de petróleo, maquillan la profundidad del problema eléctrico y en lugar de aceptar sus culpas y convocar a la nación para enfrentar el problema, se llenan de excusas y de nuevas malas decisiones, no concertadas, que no comprometen a los actores adecuados para que salgamos de esto con el menor daño acumulado. Es irreversible, se nos viene encima un gran colapso logístico, económico y social que va a poner patas arriba a este país. Ese es el gran tema que pareciere querer ocultar este gobierno. Siguen poniéndole curitas a una herida que sangra a borbotones.
Guri perdió casi un metro de nivel de agua en los últimos diez días. Este irresponsable gobierno sigue sin hablar claro, anteponiendo sus intereses políticos a la verdad que se nos estrellará en la cara en pocos meses. Un país sin energía, con la mitad de sus estaciones de servicio apagadas, ascensores sin funcionar, colegios cerrados, automercados medio vacíos, comunicaciones ineficientes y fabricas sin poder pagar sus nominas congeladas. Ese es el cuadro que nos espera por delante. Este gobierno tiene al frente aguas muy profundas, vientos tempestuosos y gigantescas olas, pero se empeña en navegar con las velas desplegadas, con rumbo directo a la tormenta. Póngase un salvavidas y amárrese duro, no será fácil.
Enrique Pereira