TEMAS DE ACTUALIDAD POLITICA, ECONOMICA, SOCIAL Y MILITAR
COTIZACION DE MONEDAS INTERNACIONALES
AGENCIAS DE EXILIO, ENLACES A OTRAS PAGINAS NACIONALES E INTERNACIONALES

30 de marzo de 2010

HUGO CHAVEZ INSISTE EN SU TIPO DE DICTADURA

 HUGO CHAVEZ INSISTE EN SU TIPO DE DICTADURA

El mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, no cesa en su empeño de figurar como uno de los dictadores de la época moderna. Cada día se esfuerza más por separarse totalmente de la democracia.

Ni siquiera había terminado de salir del embrollo en que se metió la semana antepasada cuando mostró intenciones de censurar Internet, y ya la siguiente, cual retrógrado, se involucra en otro lío: la captura del presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, acusado de proferir ofensas contra el jefe de Estado.

Es obvio que a Chávez no le interesa la crítica de sus homólogos, de reconocidas personalidades mundiales o de prestigiosas instituciones que velan por los derechos humanos y por la defensa de la libertad de prensa.

Resulta que al gobernante le molestó que el empresario, en una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), lo acusara de “disparar y echarle plomo a los venezonalos” durante el golpe de Estado en su contra en 2002. Y por ello, Zuloaga fue detenido y la justicia le impuso medidas cautelares.

Con sobrada razón, la censura llegó. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo, expresó su “profunda preocupación” por lo sucedido, y agregó que el hecho “evidencia la falta de independencia del Poder Judicial y la utilización de la justicia criminal para castigar expresiones críticas”.

Igual lo hizo la SIP, cuyo presidente, Alejandro Aguirre, consideró que la captura de Zuloaga “no sólo es una agresión contra la libertad de opinión”, sino “contra el derecho del pueblo venezolano a recibir información y a expresarse”

No faltó, igualmente, la crítica del recién reelegido Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, quien se mostró “preocupado”; la de la Asociación Internacional de Radiodifusión, que condenó la detención, así como la de Human Rights Watch, que lamentó el arresto.
 
En realidad, no puede tratarse de una confabulación internacional contra el incomprendido Chávez. No. Más bien, estamos frente a las anacrónicas actitudes de un político fanático que pretende gobernar su país como un déspota.

¿Y qué es lo que nos extraña de este oscuro personaje? o ¿Por qué someterlo al debate si esa forma de imponer su voluntad es harto conocida?

La verdad: porque alguien de su especie resulta ser modelo de otros colegas suyos en América, con todo y el riesgo que eso representa para otras sociedades.

No hay que ir muy lejos para darse cuenta cómo presidentes de otros países ya han visto en él características dignas de imitarse, y lo menos que quisiéramos es que ese entusiasmo con que se le mira se contagie en nuestro seno, pues, sin exagerar, entre nuestras autoridades ya abundan indicios de semejante proceder.
www.misiolandia.com